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Parece increíble, pero su vajilla puede causarle problemas estomacales y hasta afectaciones graves.

Los dos principales culpables: el plomo y el cadmio.

El ingeniero de Alimentos, Juan Carlos Arboleda, explica que el plomo mejora la durabilidad y sella los esmaltes y las decoraciones de las placas. También hace que los esmaltes de colores sean brillantes y brillantes.

Por su parte, el cadmio agrega colores brillantes a los platos, como el amarillo y el naranja.

Por ejemplo, terracota mexicana, porcelana antigua y otros platos hechos a mano o pintados.

Esto hace que exista plomo en platos de vidrio. El cristal de plomo, por ejemplo, contiene hasta un 24% de plomo y debe evitarlo por completo.

Y no solo eso: la vajilla blanca puede contener plomo o cadmio en su esmalte. El plomo aumenta la durabilidad y ayuda a fusionar el cierre de arcilla porosa, necesario para que la cerámica contenga alimentos o líquidos.

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Lo que se recomienda a los fabricantes es que se hornee correctamente la cerámica, para que el plomo no se filtre.

Sin embargo, cuando se hornea incorrectamente, el plomo puede contaminar los alimentos.

Lo que resulta más espeluznante, el plomo se acumula en su cuerpo, por lo que pequeñas cantidades pueden representar un peligro para la salud con el tiempo.

A continuación, lo que debe tener presente para evitar tener problemas de salud por culpa de su vajilla.