Cuando empiezan los meses de frío, nada parece más prioritario en la vida que contar con un buen sistema de calefacción en casa. Si además llegó el momento de comprar un equipo -para reforzar el existente o renovarlo- es importante saber que existe una gran variedad de modelos, precios, potencias, funciones y otras tantas características.
En los últimos años, por ejemplo, muchas personas descartan sistemas de calefacción tradicionales, como las estufas a gas, ya que requieren de una instalación previa, salida al exterior para que no consuman oxígeno y un mantenimiento periódico para evitar riesgos. Por el contrario, los equipos de calefacción eléctrica ganan adeptos por su practicidad. Entre los más económicos se encuentran el caloventor y el convector, dos aparatos pequeños, ideales para ambientes cerrados, seguros porque no emiten gases de ningún tipo y fáciles de trasladar de un sector al otro.
Pero qué diferencia hay entre un caloventor y un convector, y cuáles son las claves para elegir el adecuado.
El caloventor es uno de los dispositivos más económicos del mercado y resulta suficiente para calefaccionar una habitación. Funciona mediante un sistema que convierte el aire frío en caliente (y seco) y lo distribuye de forma instantánea en el ambiente a través de un ventilador ubicado en su interior.
Existen caloventores de bajo consumo -determinado por su potencia, de entre 600 y 1.000 watts- y otros más grandes, de entre 1000 watts y 2000 watts, que consumen más electricidad (algunos cuentan con un termostato para racionalizar el uso de la energía).
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que al poseer una resistencia y un ventilador que propaga el calor, los caloventores son los aparatos más “peligrosos” para el bolsillo, ya que tienen un consumo elevado durante su funcionamiento (cerca de 2200 watts por hora en el caso de un equipo de 2000 calorías, el doble que un aire acondicionado o un horno eléctrico).
El caloventor tiene, obviamente, ventajas y desventajas a la hora de elegir un equipo. Y son las siguientes:
A diferencia del caloventor, el convector eléctrico es un equipo que posee resistencias internas que alcanzan temperatura cuando el equipo se conecta a la corriente. No posee un ventilador para propagar el calor sino que el aire pasa por las resistencias, sale por las rejillas de forma natural y por su sistema de radiación genera un calor envolvente que permite calefaccionar por completo una habitación o ambiente pequeño. Algunos modelos se pueden amurar a la pared.
Al contar con un termostato para seleccionar la temperatura deseada, puede consumir 1000 watts, 2000 watts o 0 watts (si está apagado) en función de la necesidad que registre el sensor, es decir que no trabaja en forma continua.
Entre los calefactores por convección, el más vistoso es el vitroconvector, que posee un panel de vidrio térmico que emana el calor y combina diseño y funcionalidad (hay en diferentes colores y tiene una estética decorativa). El sistema que utiliza es el mismo que el de los convectores tradicionales y también permite un rápido calentamiento del ambiente.
En cualquier caso, los convectores tienen también sus ventajas y desventajas. Veamos:
Antes de tomar una decisión de compra será importante evaluar cuál es el artefacto más indicado en función del uso que se le va a dar y el gasto mensual que uno u otro implicará en la factura del servicio eléctrico.
De nada sirve, por caso, comprar un aparato “supersónico” que consuma mucho si se pondrá en su mínima potencia para ahorrar electricidad ni, por el contrario, optar por uno muy económico que resulte insuficiente para el o los ambientes que se quieran calefaccionar. En definitiva, más allá del diseño, los puntos a considerar serán la eficiencia calórica y el consumo energético.
Si lo que se busca es lograr un calor rápido y puntual para complementar el sistema de calefacción en días de mucho frío, lo ideal será un caloventor. Eso sí, aunque tolerable, es un poco ruidoso y el consumo eléctrico será mayor.
Si en cambio se busca un aparato silencioso y se cuenta con tiempo de prenderlos con anticipación, los convectores tienen todas las de ganar, aún sabiendo que tardan más en producir el calor necesario en todo el ambiente.
También habrá que considerar que el caloventor permite calefaccionar una habitación pequeña (12 a 15 m2 aproximadamente) mientras que un convector de 1000/2000 watts puede resultar eficaz aún en superficies mayores, incluso si se trata de un departamento pequeño (20 a 30 m2).
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Edición Nº: 9681, 6 de Octubre de 2022
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