En vista de que el robo de convertidores catalíticos se ha triplicado este año, autoridades neoyorquinas se han puesto en pie de guerra contra este crimen, y están combatiéndolo desde diferentes niveles.
Para comenzar esta semana, la gobernadora Kathy Hochul firmó el proyecto de ley imponiendo restricciones a los talleres de desmantelamiento de vehículos para comprar, vender y tener convertidores catalíticos.
El proyecto de ley requerirá que los talleres de desguace mantengan registros de convertidores catalíticos e informen la cantidad de convertidores recibidos cada 60 días. “No mantener o producir esos registros a pedido es un delito menor de Clase A y podría incluir sanciones monetarias de hasta el doble de la cantidad obtenida al recibir componentes del convertidor supuestamente robados”, anunció la gobernadora.
Adicionalmente, el viernes 21 de octubre, desde el mediodía hasta las 4 pm., la oficina del fiscal de distrito del Bronx y la policía de Nueva York llevarán a cabo un evento en el estacionamiento Orchard Beach para que los miembros de la comunidad pueden marcar y etiquetar los convertidores catalíticos de sus automóviles.
Este evento es parte del programa Cat-Scan, de NYPD. Este permite a las personas grabar un código/número en un convertidor catalítico y luego v incular ese código a un sitio web donde se puede rastrear. De esta manera, si a alguien le roban el suyo, será más fácil encontrarlo.
Los convertidores catalíticos son clave para el sistema de escape de un vehículo, ya que descomponen los contaminantes. Pero los ladrones lo roban no por su función, sino por el material que los compone.
“Los convertidores catalíticos se roban cada vez más porque contienen metales preciosos que han aumentado de precio”, informa Thomas Burke, detective de NYPD. “Esos metales son: platino, paladio y rodio. Eso hace que valga más que el oro”.
“Una onza de rodio, dice Burke, “costaba 22.000 dólares en mayo”. Esto quiere decir que los ladrones que roban un convertidor catalítico, ganan $400 o $500 por pieza. Si roba varios en una noche, es un negocio bastante lucrativo.
El robo de los convertidores también es costoso para quienes lo pierden. Kathy Hochul dice que las personas pagan entre $2,000 y $3,000 para reemplazar los convertidores robados debido a los costos de reparación del tren de aterrizaje, las líneas de combustible y las líneas eléctricas también.
En el 2018 se reportaron 198 robos de catalíticos, pero para 2021 se robaron 3705 un incremento de más de 1700%. No obstante, en el 2022, el robo de los convertidores catalíticos en NYC ha llegado a niveles sin precedentes: en lo que va de este año ya van 7334. Aún faltan 3 meses para que termine el 2022, por lo que se proyecta que este crimen se triplique en relación al año anterior.
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